martes, 9 de octubre de 2012

EL SALAT O SALAH (Rezo a Dios)



El Salat, Salah o rezo a Dios, es una costumbre ineludible para la comunidad islámica, representa una práctica que todo árabe realiza cinco veces al día.

Estas reciben denominaciones distintas a medida que se dan en el transcurrir del día, así tenemos:

  •  Antes de la salida del Sol:  Salat al Fajr (Oración del alba).
  • Al mediar el día                  :  Salat al Duhr (Oración del mediodía). 
  • Por la tarde                         :  Salat al Asr (Oración de la tarde).
  • Al ocaso del Sol                 :  Salat al Maghrib (Oración del ocaso). 
  • Por la noche                        :  Salat al Isha (Oración de la noche).

El ritual del rezo se ejecuta siempre en dirección hacia La Meca (hoy MAKKA), urbe natal de Mahoma., considerada como ciudad santa para los musulmanes.


A Continuación dos vídeos, que nos permitirán conocer dos momentos importantes en la religiosidad árabe:
  1. El llamado al Salat.
  2. El procedimiento a realizar en el Salat, propiamente dicho.
1. ADHAN: EL LLAMADO AL SALAT

Concentración y entrega al momento de realizar la oración. 



2. FORMA DE PROCEDER EN EL SALAT

Un vídeo muy explicativo de cómo se debe proceder al momento de realizar el Salat. Observémoslo...



PD

Más allá de ser creyentes o no, queremos presentar sólo un caso de comparación, entre la religiosidad católica y árabe.
Es así que fácilmente podemos diferenciar, el proceder de "la cultura occidental", y con ello, los creyentes en la religión católica; de la religiosidad oriental o árabe. Se aprecia, en el mundo musulmán, mayor entrega y concentración en la oración destinada al misericordioso, Allah.
Sin más, observemos sólo tres ejemplos:
  • Las oraciones realizadas en la formación de las diferentes instituciones educativas de nuestro país (y tal vez sea la misma realidad en los países vecinos), ¿acaso no se realiza, de la boca para afuera; mientras nuestra mente está en otro medio o en otros pensamientos?. La oración, se ha convertido en una mera repetición, donde los términos son sólo un devenir de palabras, sin que en algún momento nos concentremos, en el Dios mismo. También los profesores, acaso no se colocan al frente y sólo repiten palabras, sin concentrarse en lo que dicen.
  • Por otro lado, cuántas veces nos hemos topado con jóvenes que ingresan a grupos religiosos, llámese coros o comunidades, por el simple objetivo de poder mirar a un(a) chico(a) o enamorarlo(a). Son muchos los casos que podemos seguir presentando. Para los creyentes, les decimos que hay momentos para todo; y el momento para Dios, debería ser exclusivo para él. 
  • Cumplir con la oración en el mundo musulmán, es una obligación que ya se ha convertido en una hábito; y por ende, en un proceder voluntario. Nos preguntamos, para   nuestro medio, ¿cuántos de nosotros, nos acordamos de la oración; y si lo hacemos, con cuánta entrega lo desarrollamos?. Ello nos lleva a otra pregunta más profunda, cuán compenetrados estamos siendo, con el ser divino.
Para los creyentes occidentales, cuánto debemos volver a aprender, en el aspecto religioso. Un modelo -tal vez- lo constituye, la religiosidad musulmana.

  

NRMQ

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